En el cinismo y el descaro.

En este momento nos encontramos en un momento de efervescencia que no se había registrado en el blog, cada vez se leen de-votos más enojados; ahora nos amenazan, nos ofenden, se ofenden entre ellos… que quién ganó, que quién se lo merece y quién no… en fin, ustedes lo han visto también.

Entre estas inestabilidades que dejó en los de-votos el 5 de julio y sus constantes ofensivas y defensivas han descuidado la guardia en otros aspectos. Revisando un poco las entradas anteriores pude distinguir cómo ha cambiado la forma de comentar de algunos de-votos del PAN y el PRI y decidí exponerlo brevemente.

Recuerdan cómo se defendían los del PAN: “A Barragán no le van a encontrar nada, es trabajador, honesto, etc…”; o los del PRI: “JuanMa no trae padrino, no tiene nada que ver con Quezada, no es corrupto, etc…”… Ellos protegían a sus candisantos a capa y espada para evitar que la gente pensara mal de ellos, obedecían fielmente lo que les decían, en fin, comportamientos característicos de los de-votos. Los invito a revisar la entradas más recientes, en ellas encontraremos una forma distinta de comentar, cuando antes decían: “mi candisanto no puede hacer nada malo” ahora dicen: “si, si, mi candidato es corrupto pero el tuyo es más”. Los comentarios de algunos son prueba de cómo en el ambiente político esperan que algunas acciones que NO SON CORRECTAS pasen como normales o sean tomadas en cuenta. Ejemplo de lo anterior es la compra de votos, si revisamos los comentarios vamos a encontrarnos cómo se admite que el PRI o el PAN compraron votos y nos dicen: “¿Qué tiene eso de raro?” como si fuera correcto, como si las cosas tuvieran que ser así. En otro sentido muchos criticamos a la gente que vende sus votos, sin embargo yo creo que la bronca esta en quien los compra, no niego que vender votos sea algo incorrecto pero me parece descaradamente cínico cuando los de-votos dicen que vender y comprar votos es “lo normal” que “así debe ser”, es como si dijéramos: “Si en el PRI y el PAN somos corruptos ¿y qué?”

Más allá de ese porcentaje de personas que le creyó al PRI o PAN, o fue participe de su corrupción (menos del 30%) existe un Huehuetoca que NO ESTA DE ACUERDO y que debe reprobar esas prácticas aunque para la clase política sean normales y correctas.